Aunque subestimada por los medios, la actitudes la piedra angular sobre la que se configura la mentalidad en el rendimiento deportivo de élite. Es una disposición mental vital que el deportista de élite debe poseer para responder frente a diversos escenarios deportivos. Los logros deportivos solo son asequibles con una actitud positiva.
Este artículo se dirige a los deportistas de élite, pero si eres un hincha fanático del mundo corporativo puede que quieras seguir leyendo: quizás haya algunas ideas interesantes para ti, también.
Ahondemos en este concepto esencial, tanto para el deporte como para el mundo corporativo, la educación y los servicios militares. Al igual que la motivación y la confianza en uno mismo, sobre las que profundizaremos en futuros blogs, la cuestión de la actitud es algo que suelo explicar a mis clientes siempre que se presenta la oportunidad. Porque, como verán ahora, abordarla ayuda a mis clientes a entender cómo mantener el control de las situaciones que se les presentan, y esto les ayuda a empoderarse.
La palabra actitud está en todas partes hoy en día. A nivel superficial parece muy simple, pero no lo es tanto cuando se analiza en profundidad. Dejemos en claro a qué nos referimos cuando hablamos de actitud. Google ofrece varias definiciones, tales como:
- “Una atribución funcional que también es interna, cambiable, y sujeta al control del atleta.”
- “Una actitud es una evaluación positiva o negativa de un objeto que influye en el comportamiento humano en relación a ese objeto.
- “Una actitud es una predisposición aprendida a responder de manera favorable o desfavorable frente a personas, objetos, ideas o situaciones.”
A mí me gusta verla como la forma en que un individuo está preparado para enfrentar las distintas situaciones que su entorno le presenta.En efecto, es la forma en que respondemos a todo lo que nos afecta desde adentro. Esto implica que la actitud como estado mental también es transitoria.Un mismo individuo puede tener una actitud óptima para manejar una situación específica en un momento dado, pero una muy distinta para hacer frente a la misma situación en otro momento.
En esta línea, vale la pena extraer uno de los principios fundamentales de la psicología cognitiva-conductual en general, y dela psicología del deporte en particular: pensar-sentir-actuar.Es decir: “los pensamientos positivos generan emociones positivas, y todo eso resulta en acciones positivas”.
La actitud es un proceso de desarrollo. Esto significa que es pasible de ser aprendida. Como hemos visto, también tiene sus altibajos, lo cual se relaciona con la interferencia de los pensamientos. La intromisión del pensamiento es fundamental para abordar el desarrollo de la actitud del deportista.Elegir qué pensar, evitar ideas contaminantes, y alimentar ideas constructivas son los pilares fundamentales del desarrollo actitudinal.
El desarrollo actitudinal
Para entender cómo funciona la psique en la esfera del desarrollo actitudinal, es provechoso considerar los componentes principales del proceso:
· Cantidad de energía psíquica: abundante o escasa
· Tipo de energía psíquica: positiva o negativa
· Orientación de los objetivos: hacia el desempeño (ejecución de la tarea) o al resultado(logro del objetivo)
Asimismo, hay cuatro fases que constituyen la escala del desarrollo actitudinal:
· Estado de desafío
· Estado de bloqueo y explosión
· Estado de evasión y apatía
· Estado de renuncia
Estos cuatro estados se expresan en la siguiente figura.
En el estado de desafío, la calidad de la experiencia deportiva del deportista será óptima. En estas condiciones, aumentan las probabilidades de continuidad de la práctica deportiva a mediano y largo plazo, la sustentabilidad en el proceso de adquisición, la asimilación y automatización de los gestos y comportamientos deportivos aprendidos, y el aprovechamiento máximo del proceso de enseñanza-aprendizaje. En el ámbito deportivo se fomenta el desarrollo de ciertos rasgos de personalidad en los individuos, tales como:
· Un alto grado de tolerancia a la frustración
· Convicción en cada intento
· Perseverancia en los procesos
· Flexibilidad en la forma de entender las situaciones y su gestión
· Solvencia en el comportamiento, hacia sí mismos y hacia el entorno
La actitud de bloqueo o explosión es el estado que antecede al último paso del desarrollo actitudinal descrito anteriormente, el desafío. El deportista se presenta y tiene el deseo de realización, pero no encuentra los procedimientos adecuados para alcanzar sus metas. Está más enfocado en el resultado que en el desempeño.
Esta actitud se corresponde con un deportista que, desde un punto de vista cognitivo(el pensamiento), planifica su accionar basándose en expectativas poco realistas (por exceso o por defecto), se propone metas inadecuadas (solo resultados), interpreta sus errores desde el autocastigo, percibe las derrotas como la confirmación que no es capaz, y deja en evidencia una gestión del pensamiento basada en vicios cognitivos, tales como el filtraje selectivo del pensamiento, proyecciones del pensamiento ajeno, el pensamiento polarizado, la visión catastrófica y el razonamiento emocional.
Los altos niveles de energía que un individuo experimenta en el estado de bloqueo o explosión expresan su deseo de mejorar su situación. La clave está en revertir este tipo de energía (positiva en lugar de negativa) y la orientación de sus objetivos (del resultado al desempeño). Esto se trabaja a través de una reestructuración cognitiva, la cual consiste en combatir activamente las creencias negativas. La reestructuración puede incluir, por ejemplo, el cuestionamiento de esas creencias y la toma de conciencia de que posiblemente sean inadecuadas, o en cierta medida incluso erradas (Hernández Mendo, 2005, p.114). La siguiente tabla muestra pautas adicionales.
En el estado actitudinal de evasión o apatía, el deportista sigue presente pero no puede encontrarle un sentido constructivo y concreto a su experiencia deportiva.
Esto se corresponde con niveles de energía bajos, todavía positivos, y a la presencia de objetivos de desempeño sin estrategias concretas para alcanzarlos. El pensamiento típico de un deportista en esta fase es: ¿Para qué seguir intentando? Me da lo mismo.
Desde el punto de vista emocional (el sentimiento), la actitud apática o evasiva genera un deportista con altos grados de insatisfacción, distancia, soledad, y falta de convicción en su experiencia deportiva.
Por esto se subraya la importancia de cooperar activamente en la rehabilitación de deportistas en la etapa de bloqueo y explosión, ya que su cantidad de energía disponible aumenta la posibilidad de que evolucione hacia la etapa más alta: el desafío.
La actitud de renuncia configura un deportista con altos grados de sufrimiento y descontento, ansiedad, y una bajísima tolerancia a la frustración desde una perspectiva emocional (sentimental).
El conjunto de estos componentes cognitivo-emocionales es el más peligroso de todos. Debe tenerse presente que el estado de renuncia no comienza el día en que el deportista abandona efectivamente la actividad. El deportista puede seguir presentándose, pero en su interior ya se ha retirado cognitiva y emocionalmente de su disciplina.
La evidencia demuestra que es crucial evitar que se llegue a este estado, ya que se hace complejo revertirlo a otros estados del desarrollo actitudinal.
Finalmente, cabe señalar que la escalera del desarrollo actitudinal en general, como cualquier escalera, puede utilizarse para subir tanto como para bajar. Algunos deportistas descienden de estados ideales a otros que no lo son tanto, y viceversa. La fugacidad de todos los estados mentales permite que el deportista modifique sus tipos y niveles de energía, así como la orientación de sus objetivos y niveles de autoestima, para alcanzar y permanecer en una actitud de desafío óptima.
Un breve repaso de los conceptos centrales presentados en este artículo:
- Pensar-sentir-actuar: dependencia de cómo el deportista piensa, se siente, y actúa.
- El desempeño es el eje central de la gestión del deportista, es decir, sus intentos de ejecutar su tarea. Esa es la causa que motiva sus acciones.
- El resultado es la consecuencia de la gestión que hace el deportista de sus ejecuciones e interacciones con el ámbito deportivo externo. El resultado debería apartarse del foco principal cuando se maneja a un deportista, ya que hay factores vinculados al resultado que el deportista no puede controlar voluntariamente.
- La actitud es la herramienta determinante que el deportista debe poseer para responder a diversas situaciones deportivas.
- La actitud es un estado mental transitorio, no permanente. Por lo tanto, la actitud es dinámica y susceptible a variaciones de nivel, lo que hace fundamental comprender el desarrollo actitudinal del deportista.
- El desarrollo actitudinal consiste de cuatro estados: el de desafío; el de bloqueo y explosión; el de apatía y evasión; y el de renuncia.
- Los componentes de estos cuatro peldaños son la cantidad de energía; el tipo de energía; y la orientación de los objetivos.