Este mes empecé un curso de un año para convertirme en un consultor de capitalismo consciente certificado. He sido adepto a esta filosofía desde hace mucho tiempo, pero nunca había podido ponerlo en palabras. Gracias a un amigo, conocí Conscious Capitalism, Inc. a principios de este año. Luego de leer el libro sumamente recomendable “Capitalismo Consciente” de John Mackey, co-fundador de Whole Foods Market, y de Raj Sisodia, Profesor de Negocios en Babson College, todos los cabos se unieron. En los próximos meses, escribiré mucho más sobre capitalismo consciente. Por el momento, quiero compartir con ustedes su filosofía:
“Creemos que las empresas son buenas porque crean valor, son éticas porque se basan en un intercambio voluntario entre las partes, son nobles porque pueden elevar nuestra existencia, y son heroicas porque sacan a las personas de la pobreza y crean prosperidad. El sistema de la libre empresa del capitalismo es la herramienta más poderosa jamás concebida para lograr la cooperación social y el progreso de la humanidad. Es una de las ideas más cautivadoras que los humanos tuvimos jamás. Pero podemos incluso aspirar a más.
El capitalismo consciente es la forma de pensar al capitalismo y sus empresas que mejor refleja dónde estamos en el camino de la humanidad, el estado de nuestro mundo actual, y el potencial innato de las empresas para dejar un impacto positivo en el mundo. Las empresas conscientes son impulsadas por un propósito ulterior que sirve, alínea e integra los intereses de todos sus principales accionistas. Su mayor grado de consciencia les permite observar la interdependencia que existe entre todos los accionistas, y esto a su vez permite descubrir y cultivar sinergias en situaciones que de otra manera estarían cargadas de problemas. El capitalismo consciente tiene líderes conscientes fuertemente motivados por el propósito de la empresa, por todas las personas sobre quienes las empresas tienen influencia, y por el bienestar del planeta que todos compartimos. Las empresas conscientes tienen una cultura de confianza, autenticidad, innovación y cuidado que hace que trabajar allí sea una fuente tanto de desarrollo profesional como de crecimiento personal. Buscan generar riqueza económica, intelectual, social, cultural, emocional, espiritual, física y ecológica para todos sus accionistas.
Las empresas conscientes ayudarán a la evolución de nuestro mundo de tal manera que miles de millones de personas pueden florecer y llevar vidas imbuidas de pasión, propósito, amor y creatividad; un mundo de libertad, armonía, prosperidad y compasión”.